Ahora me ha tocado a mí ser víctima de un fraude telefónico de los que tan comunes son últimamente en México. Resulta que en mi celular, de reciente adquisición, apareció esta mañana un mensaje que decía que “Radiomovil DIPSA de TELCEL” me otorgaba un premio de 500,000 pesos por el plan TELCEL que había contratado. Este mensaje venía del número de teléfono 044 5532759691. Me sonó de inmediato ilógico (¿quién regala tanto dinero en estos tiempos?, ¿el señor Slim? Imposible) pero por la tarde, por pura curiosidad, hice la llamada al número al que según tenía que llamar el 8991515158. Primero me contestó un chavo que de inmediato me pasó con otro, también chavo (primera inconsistencia) quien entusiasta me corroboró lo del premio pero que tenía que cubrir algunos requisitos: primero, que le diera mi número de credencial de elector (lo cual hice, aunque me arrepiento), que le confirmara la hora a la que había llegado el mensaje y, por último (y aquí viene la transa) que “comprara dos tarjetas de TELCEL de 500 pesos cada una y que le diera el código de éstas”. Aquí es cuando, obvio, todo marcaba hacia un seguro fraude y el chico, al ser seguramente novato en esto, se puso nervioso al decir “si desconfía, le doy mi número de cédula profesional” (¿por qué el número de cédula? ¡qué babas!). Le dije: “Si, confío mucho. Ahorita le llamo otra vez y le doy estos números que pide”, pero él apresurado dijo: “No, no, los tiene que adquirir en este momento si no, pierde su premio… deje así su teléfono y yo la espero ¿o qué no quiere tener su dinero?” En ese momento colgué contrariada pues había perdido exactamente 20 minutos en esta llamada, la cual nunca se escuchó bien: se escuchaba lejos, con ruido y el tipo tenía que repetir lo que decía varias veces.
Pero lo anterior no es por lo que me he dignado escribir en este abandonado espacio. Lo que es digno de mencionar es lo difícil que resulta denunciar este tipo de cosas en México. Si perdí 20 minutos en esa fraudulenta llamada, perdí más tiempo en poder lograr denunciar el acto. ¿Cómo fue todo? Explico paso a paso para que a quien le suceda no tenga que ser víctima de este vía crucis:
1) En Internet busqué la página de TELCEL para denunciar lo que había pasado. Venía el número asterisco 111. (5 min.)
2) Llamé a este número y, como siempre con todos los negocios del tal Slim, te contesta una grabadora con miles de opciones pero sin ninguna persona que te atienda. Tuve que colgar pues si no ‘marcas la opción deseada’ cuando lo indica la grabadora tienes que se corta la llamada o te regresan al principio del menú. Lo intenté dos veces sin éxito. (6 min.)
3) Llamé al 040 para preguntar algún número en el que contestara una operadora de TELCEL. Me dieron el 25 81 33 44 y resulta que era el mismo menú que el anterior. Al intentar navegar por todo el maldito menú, logré por fin que un operador, muy amable y automático me contestara. Este operador me dijo que para fraudes telefónicos marcara el 25 81 33 45. (7 min.)
4) Llamé a este número y ¡era un fax! (1 min.)
5) Navegué por Internet para buscar más opciones, después de unos 5 a 10 minutos me encontré con los teléfonos de la Dirección General para Víctimas del Delito de la PGR, el 53464114 (teléfono nada accesible en su página).
6) Llamé a este teléfono y me pasaban de una extensión a otra pues como que nadie sabía exactamente quién debía atenderme. Después de un rato, una mujer me dijo: “Espere…” y me tuvo en la línea unos 10 minutos. Luego regresó, pidiendo una disculpa y me dio otro teléfono suplicándome que le volviera a llamar para ver si sí era correcto el teléfono porque la buena mujer no estaba del todo segura (¡!) Me dio este teléfono: 54840492 extensión 24229. En esto me tardé como unos 15 minutos.
7) Llamé a este número y estuvo ocupado como 10 minutos, cuando logré comunicarme no había una opción para marcar la extensión 24229 así que marqué el #6 (que era para atención a víctimas del delito) pero una mujer que contestó me dijo que volviera a marcar porque la opción que debía marcar era la #1 (¡!!!).
8) Nuevamente traté de hacer la llamada pero el teléfono estuvo ocupado como 20 minutos más. Cuando por fin logré que me contestara la grabadora y por fin logré marcar la opción #1, una voz indicó “Espere en la línea porque nuestros operadores están ocupados en este momento” y así me tuvieron unos 5 minutos más (¡¡¡¡¡). Finalmente un joven, que se escuchaba un poco harto pero atento, me contestó, le expliqué lo que pasó y lo capturó en una computadora. Al preguntarle que pasaría con esta gente, dijo: “Pues no se pueden rastrear inmediatamente porque son teléfonos celulares… esto se canaliza al departamento correspondiente y se hacen las investigaciones”. FIN
¡Qué desesperante! No quiero ni pensar en qué será cuando sucede algo más grave como un secuestro, violación, asesinato o un fraude mayor.