ondinas

Visitando mares virtuales

11.23.2005

Mujer extraordinaria

Este escrito lo quiero dedicar a una mujer extraordinaria. No es escritora, intelectual, modelo o científica, es simplemente una joven cuyo sueño se hizo realidad el día en que fue una de las primeras mujeres en ser “la botarga”. Si, la botarga del equipo de futbol americano de una universidad (el Tec de Monterrey). Es extraordinaria pues no se dejó llevar por la corriente al querer ser la “chica más guapa”, la reina de la primavera de su escuelita, la más popular del grupo, la de mejor cuerpo, la novia fiel y/o abnegada, la que usa “tangas” provocativas, o todas estas cualidades que una mujer debe tener según el orden simbólico dominante (por los hombres, claro); ella se propuso como meta el desafiar toda lógica normal o normalizada, toda característica de feminidad socialmente construida y decidió concursar para ser “el borrego”. Me contó que pasó por varias pruebas en un concurso solamente para hombres, pruebas duras y a veces vergonzosas para una mujer y al final quedó como el(la) borrego, puesto que ejerció durante el tiempo que duró su carrera profesional. “¿Recibías un pago por esto?” pregunté, “No, no tiene lógica, es así como lo de la reina de la primavera no tiene lógica, esto tampoco (…) Pasábamos horas ensayando los movimientos, terminabas sudando porque el traje era muy pesado…” Todo esto lo decía con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que provenía de lo más profundo de su ser al saberse satisfecha por lograr lo que pocas mujeres se atreven a hacer: adentrarse en un campo que no nos pertenece y hacerlo divertidamente añicos al desmoronar su estructura y orden. Hoy en día, cualquier mujer que desee ser una “botarga” del equipo de futbol puede lograrlo cambiando radicalmente el significado que una vez se le atribuyó. Atrevámonos a hacerlo. Felicidades Ana.

11.08.2005

Paseo "offline"

Vaya que me han hecho reír todas las descripciones que los “ñoño-bloggers” (como dicen llamarse, aunque no coincido) han hecho de aquel sabadito del sol en el Turibus y me han obligado a actualizar este espacio que siempre dejo de lado por, según yo, “vivir más en lo offline que en lo online”. Y es que hasta hace muy poco, pensaba que esto de escribir por aquí era una especie de vicio que te consumía poco a poco, hasta que un día podrías vivir pensando más en lo que acontecía ‘dentro’ que ‘fuera’ o viviendo pues ‘fuera’, solamente pensando en lo que más tarde dirías ‘dentro’ y esto lo observaba con mi querido Terrible Funk quien desde que tiene una conexión más rápida y un blog así lo hace –por lo menos desde mi perspectiva tecnofóbica, aunque trabajo en el Tec donde pululan los apologistas y redentores de la red y todo lo tecno-, pero reflexioné cuando el buen Conde de Almaviva dijo en el segundo piso del Turi-turi que más que un vicio “era un bonito hábito”. Palabras sabias. Ahora, si mis actividades diarias no agobian mi vida, trataré de retomar este “bonito hábito” pues gracias a él se conocen lindas personas (no crean, un poco freaks también). ¿Qué se repita? Querida Yosola, Quack y hasta Ruy también: si esto del paseillo por Reforma, la Condesa y Polanco se repite que no sea bajo el humo y el esmog de esta ciudad que pues como la Lulu-Lucía dice la ciudad es bastante esquizofrénica y fea –estoy de acuerdo en esto-, por eso sería mejor en un lugar cerrado o lejano del bullicio (¿el campo?) ¡Como queriéndole encontrar lo bonito al novio imperfecto! Si, si, estaría muy bien el campo, alejados de lo urbano y de la red.